Bogotá le apuesta a la movilidad sostenible con GNV

Hoy, más de 2.200 buses del sistema troncal y zonal del Sistema Integrado de Transporte de Bogotá se mueven con GNV, gracias a una infraestructura técnica y operativa desarrollada por Vanti.

En 2019 Bogotá tomó una decisión estratégica: apostar por una movilidad masiva más sostenible, capaz de mejorar la calidad del aire y aportar a la calidad de vida de millones de ciudadanos de la mano del Gas Natural Vehicular (GNV). 

Ese mismo año nació una visión en Vanti: construir un ecosistema energético confiable, eficiente y alineado con la transición energética del país. La apuesta se materializó con una inversión superior a 48 millones de dólares y la construcción -en tiempo récord- de 13 mega-estaciones de gas natural comprimido, ubicadas en puntos clave para la operación del sistema de transporte de la ciudad. 

Esta infraestructura construida en Bogotá tiene la capacidad de abastecer a más de 2.000 buses dedicados a gas natural, en menos de 9 minutos por vehículo, garantizando la movilidad diaria de más de 3,1 millones de pasajeros. Su escala y capacidad la han convertido en la red más grande de América Latina y en un referente internacional de movilidad sostenible.

“En Latinoamérica no hay otro país con una infraestructura tan robusta como la de Bogotá. Por eso es un proyecto que ha sido referente a nivel internacional y se ha presentado como un modelo de movilidad sostenible. Bogotá es un gran referente en la región, porque no hay otra ciudad de América Latina que tenga tantos vehículos dedicados completamente a Gas Natural Vehicular para el transporte masivo de pasajeros”, afirma Ower Barreto, Jefe Senior Comercial de Movilidad de Vanti.

Pero el verdadero valor de este proyecto no está solo en su magnitud, sino en su confiabilidad operativa. Desde su entrada en funcionamiento, estas estaciones han registrado más de 52.560 horas de operación continua, alcanzando una disponibilidad del 99,7% y una confiabilidad del 99,3%. Detrás de cada cifra hay un gran esfuerzo de planeación, mantenimiento especializado y gestión técnica que aseguran que Bogotá nunca se detenga.

‘No se trata solamente de que el parque automotor o la movilidad sea más limpia, sino también las operaciones y la infraestructura que está detrás sea mucho más limpia; es un tema de eficiencia energética’.

El impacto ambiental también ha sido decisivo. Gracias a esta infraestructura y a la flota que respalda, la ciudad ha logrado reducir en más del 57% las emisiones de CO, contribuyendo directamente a los compromisos de sostenibilidad del país. 

“La importancia de esto, más allá de un tema económico y también de una reducción de emisiones para una movilidad más limpia, es que representa mucho en la cantidad de personas que movemos. Son más de 3 millones de pasajeros que siempre tienen la posibilidad de moverse en estos buses dedicados a GNV. Hoy movemos más del 40% del sistema de transporte masivo de Bogotá y eso impacta ese componente social”, asegura Jonathan Bareño, Jefe Senior de Mantenimiento de Soluciones Energéticas Sostenibles de Vanti.

Adicionalmente, entre 2022 y 2024, Vanti implementó estrategias de mantenimiento prescriptivo y configuraciones avanzadas de control, logrando una reducción del 22% en el consumo energético específico de las estaciones y la mitigación de 1.930 toneladas de CO equivalente. Esto demuestra que la sostenibilidad no solo depende de los vehículos en circulación, sino también de la forma en que se gestionan los recursos energéticos en toda la cadena de suministro.

Este proyecto surge en un contexto de reactivación del consumo de GNV por parte de los consumidores colombianos, en buena medida por el alto precio de la gasolina corriente. Solamente en Bogotá ya hay 48.000 vehículos convertidos a gas y la cifra de conversión de vehículos al año ya llega a las 12.000 unidades, donde predomina el segmento de los taxis.  

“El precio de la gasolina corriente ha crecido muchísimo y hoy financieramente para las operaciones de taxis y otros vehículos resulta más conveniente irse a un sustituto más económico como el GNV. La otra razón es que muchas empresas hoy buscan tener operaciones mucho más limpias, más ecológicas, y sin duda el gas natural aporta mucho a las bajas emisiones en estos vehículos”, sostiene Ower Barreto.

Bogotá respira diferente porque la innovación, la visión empresarial y la gestión técnica se alinearon en un mismo propósito: construir un futuro energético más limpio y confiable para la ciudad.

El desarrollo implementado por Vanti en Bogotá podría ser replicado en sistemas de transporte masivo de otras ciudades donde los buses dedicados a gas natural tienen una importante presencia como Barranquilla con Transcaribe, Cali con el MIO y Bucaramanga con Metrolínea, donde pronto entrarán en servicio 24 buses nuevos dedicados a gas, en lo que representa ‘el renacimiento’ de la operación de transporte masivo de pasajeros en esta ciudad. 

“Hoy, Vanti reafirma que el Gas Natural Vehicular no es únicamente un combustible alternativo, sino un aliado estratégico en la transición energética. Con infraestructura robusta, eficiente y confiable, Bogotá avanza hacia un futuro donde la movilidad sostenible y la eficiencia energética se convierten en motores de competitividad y bienestar”, concluye Jonathan Bareño.

‘CCC, un aliado estratégico para Vanti’

CCC de Colombia se ha convertido en el aliado estratégico ideal para Vanti, pues ninguna de esta infraestructura construida podría operar si no cumple con un marco normativo y legal como el que tiene Colombia para el gas natural comprimido, que tiene unos estándares demasiado altos. 

“Tener aliados como CCC nos permite operar con toda la confianza y tener operaciones mucho más seguras, que cumplan con toda la normatividad que exige hoy la regulación colombiana. Ellos han sido actores claves en ese acompañamiento, en la celeridad de los procesos y los trámites, en esa auditoría documental y técnica que deben cumplir las estaciones para que sigan funcionando con unos estándares y se mejore su competitividad”, asegura Jonathan Bareño. 

Los talleres de conversión vienen con un crecimiento sostenido. Antes de pandemia venían creciendo un 33% hasta el 2019 y después de ese año hubo una caída en la conversión de vehículos. “En los últimos dos años se ha reactivado con crecimiento del 40% en conversiones y allí entra a jugar un papel muy importante los talleres de conversión, que también deben cumplir unos requerimientos normativos bastante exigentes para que esas conversiones sean seguras. Tener allí aliados como CCC es una garantía para nosotros”, concluye.

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