El legado de Nene’s Marina

Esta es la historia de la primera y única estación de servicio de San Andrés Islas que ofrece combustible tanto a vehículos terrestres como a embarcaciones marinas en la isla de San Andrés. Así opera eficientemente una EDS lejos del territorio continental.

A orillas del mar de los siete colores que se extiende alrededor de la isla de San Andrés, hace 43 años don Félix Carlos Palacio -llamado en su comunidad raizal ‘el Nene’- dio inicio a la estación de servicio Nene’s Marina, la primera y la única estación de servicio de la isla que ofrece combustible tanto a vehículos terrestres como a embarcaciones marinas.

Era una estación automotriz, un solo surtidor y una sola isla, que solo vendía gasolina corriente en un espacio muy pequeño, al lado de una marina con un muelle donde se parqueaban embarcaciones menores sobre la línea del mar.

Eran tiempos donde San Andrés no contaba con calles habilitadas en un sector donde poco a poco se fue haciendo un relleno de aguas costeras y se construyó lo que hoy se llama la Avenida Francisco Newball, la principal avenida de la isla, donde circula buena parte de su parque automotor.

“Es un negocio que nació del corazón, de las manos. Mi papá trabajaba 24 horas, se quedaba en la caseta que tenía allí y así fue levantándolo poco a poco con la ayuda de mi abuelo que siempre estuvo apoyándolo. Con el tiempo se volvió un negocio familiar que hoy en día, gracias a Dios, se volvió muy prospero. Hoy tenemos 43 años y somos la única estación que presta servicio por vía marítima. Prestamos un buen servicio, contamos con buenas instalaciones y cada vez estamos mejorando más”, cuenta Bárbara Palacio, hija de ‘El Nene’ y actual gerente de la estación.

Nene’s Marina, como las otras tres estaciones de la isla (Portofino Gas Company, Duffy’s y Autoislas) siempre han tenido la franquicia Texaco, la única mayorista presente en la isla con su planta propia de El Arenal, la cual abastece de gasolina corriente, extra y diésel corriente a San Andrés y Providencia, a través de un buque carguero que llega desde Cartagena dos o tres veces por semana.

Nene’s Marina es una estación fluvial tipo 3, según la clasificación del Ministerio de Minas y Energía, que se da cuando una estación tiene esa dualidad en su servicio. No se trata de una estación marítima como tal, que debe tener barcazas ancladas en el agua que suministren a buques y artefactos navales el combustible.

“Ese es el fuerte de nuestro negocio: somos únicos, tenemos ese privilegio de abastecer combustible por mar. San Andrés es una isla y se mueve por la economía del turismo y lo que más se mueve es el paseo a los cayos cercanos como Johnny Cay, Rose Cay y Haynes Cay (juntos forman ‘el Acuario’), lo que nos genera un volumen de venta bastante alto. También suministramos diésel para otro tipo de embarcaciones más grandes y flotas de camiones, tenemos algunos contratos con entidades estatales como la Gobernación, la Armada Nacional, el Inpec, entre otros”, señala esta mujer de 37 años.

La estación cuenta con dos islas para vehículos y una isla para embarcaciones y diésel, que las componen 3 surtidores que despachan gasolina corriente y extra para la parte terrestre, y un surtidor con 4 mangueras de 15 metros para el abastecimiento de las embarcaciones en el muelle de gasolina corriente y diésel. Tiene una isla que atiende únicamente motos, otra que atiende carros y por su ubicación estratégica y buenos precios, siempre tiene un alto flujo de clientes que termina en una larga fila de vehículos durante casi todo el día.

“Somos muy diferentes a una EDS del interior del país, pues aquí el 80% de las 24 horas del día nos mantenemos lleno de vehículos, no hay un espacio para prestar un servicio adicional de comida o verificación de niveles de aceite porque siempre hay clientes en espera, por eso tratamos de centrarnos en la venta de combustible. El servicio adicional ha sido para nosotros ’una piedra en el zapato’ porque siempre hay fila”, asegura la gerente de Nene’s Marina.

San Andrés cuenta hoy en día con más de 200.000 habitantes, hay una gran sobrepoblación y el parque automotor, compuesto hoy por mototaxis, taxis, motos, carros, camionetas, camiones de carga, entre otros- ha crecido mucho en los últimos 20 años y, por supuesto, los trancones y el alto tráfico en la isla son de todos los días.

Desde el año pasado, San Andrés fue declarada zona de frontera y por eso el Minenergía asigna cupos a cada estación de la isla. Nene’s Marina tiene el cupo más alto con 134.000 galones mensuales entre gasolina y diésel, y como es la estación que más vende, este cupo se agota casi siempre una semana antes de que se acabe el mes. El resto del tiempo debe ofrecer un combustible que ya no tiene este subsidio, es decir, a precio nacional. “Los números de nosotros, gracias a Dios son buenos. Yo siempre he sido partidaria de manejar un precio justo y centrarnos en el volumen”, dice Bárbara.

Nene’s Marina tiene 13 empleados en la parte operativa como representantes de servicio al cliente, que laboran en turnos de 8 horas. En la parte administrativa son cuatro personas que están pendientes del manejo contable y financiero de la estación, así como de la gerencia, donde su coordinadora administrativa es ‘sus ojos´ en la estación mientras ella no está. La mayor parte del personal lleva muchos años con la estación, lo que genera mucha confianza a sus visitantes habituales. “En nuestra empresa todos hacemos parte de todo, ese es nuestro lema”, dice Bárbara.

‘En temas de seguridad, definitivamente no se puede escatimar. Siempre hay que buscar la mejor opción para tener una operación segura en la estación’

Otra característica interesante de esta estación es la implementación de la tecnología en todos sus procesos operativos. Maneja el software de Ingeniería Apropiada, que le permite al cliente mantener un control en línea de los consumos de su flota y monitorear sus vehículos a través de un chip.

“También implementamos las sondas en tanques para monitorear inventarios a través de un sistema en tiempo real. Nuestros tanques son superficiales debido a la condición de San Andrés que no tiene nivel freático y está al nivel del mar. También implementamos el sistema de bombas sumergibles en tanques para prestar un mejor funcionamiento de los dispensadores, evitando interrumpir el servicio por algún daño, ya que en la isla no existen proveedores ni técnicos especializados en esta área. Siempre nos toca traerlo desde Cartagena”, dice Bárbara.

Una mujer en la estación

Pero, ¿cómo se entiende que una mujer que se graduó de Relaciones Internacionales en una universidad de Bogotá haya tomado las riendas de una estación servicio en San Andrés?

La respuesta la tiene Bárbara Palacio: “Yo llegué a la estación en 2011, cuando apenas me graduaba de relaciones internacionales en la universidad. Cuando regresé a la isla comencé a ayudar a mi papá, empecé a cogerle amor a la estación. Luego me salió un contrato de cuatro años con la Cancillería aquí en San Andrés como asesora de frontera y entonces surgió la necesidad como familia de que una de nosotros tomara las riendas del negocio de la estación. Somos tres hermanas, y a ninguna de ellas les gustaba el tema de los números y el manejo de personal; así que fui yo quien decidió meterse en el cuento de los combustibles. Cuando existen negocios familiares de mucho tiempo y prósperos, son herencias en vida que debemos continuar cosechando los hijos, ya que, gracias a ellos, la familia ha salido adelante, es el patrimonio familiar”.

El 1° de enero de 2014 Bárbara asumió como gerente de la estación y desde ese momento ha venido aprendiendo y adaptándose a su nueva realidad, en un sector tradicionalmente manejado por hombres, pero que hoy ya colonizan muchas mujeres. Bárbara es la única mujer que controla la operación de una estación de servicio en San Andrés y Providencia.

Desde el 2018 se trasladó a Cartagena, desde donde todos los días monitorea su estación de servicio gracias a herramientas tecnológicas implementadas en Nene’s Marina y a la confianza que le genera su personal que trabaja allí, siempre de la mano y en constante comunicación con ella.

“Gracias a Dios, hoy puedo decir que me siento orgullosa de la labor que hemos hecho todos en la estación, es un trabajo en equipo. Podemos ver los resultados en todas las áreas y hemos ido viento en popa como dicen. Antes iba a San Andrés cada 10 días, pero ahora con dos hijas se me limita mucho ir a la isla. Eso sí trabajo todos los días conectada con la estación entre computadores y celulares; es un negocio al que le cogí mucho amor”, cuenta orgullosa Bárbara.

Y agrega: “A mí me gusta mucho el trabajo de campo en la estación, yo iba con el técnico a abrir surtidores, subirme a los tanques, etc. por eso aprendí mucho del negocio. Siento que tengo el conocimiento para ayudar a solucionar algunos problemas técnicos y operativos en cualquier momento, y me gusta. Tenemos empleados que llevan 30 años con nosotros, son personas honestas, que me vieron crecer a mí y hoy todos son receptivos y atienden cuando tengo que dar alguna orden. Eso nos da un parte de seguridad de que estamos haciendo las cosas bien”.

‘Prestamos un servicio público y debemos honrar eso; estamos obligados a mantenerlo siempre activo y siempre abierto, por eso procuramos cumplir con lo que nos exija la ley’

Frente a los huracanes que afectan la isla con alguna frecuencia, en especial el del 16 de noviembre de 2020 que causó grandes estragos en la isla de Providencia, Bárbara siempre tiene una actitud positiva.

“Hemos estado bendecidos porque no hemos tenido daños mayores. El último huracán si nos hizo daños en algunos techos y parte del muelle. En un momento el gobierno nos pidió fotos y cuantía de los daños, pero nunca pasó nada. Siempre nos aseguramos que todo esté anclado, asegurar puertas, ventanas y bajar tacos de la electricidad cuando hemos tenido este tipo de situaciones. Es curioso, pero cuando hay emergencias sobreavisadas, la gente siempre le gusta prepararse, por eso se dispara la venta del diésel para plantas eléctricas. Y lo primero que hace la gente después de la emergencia es abastecerse de combustible. Bomberos y ambulancias también se abastecen con nosotros”, afirma.

CCC, un aliado

Desde el año pasado, Nene’s Marina -y otras dos estaciones de la isla- son clientes de CCC de Colombia, específicamente para la realización de pruebas de hermeticidad de sus tanques de almacenamiento de combustible.

“Yo conocí a CCC en una charla de Fendipetróleo en Cartagena. Me dieron la información de Test y sus pruebas de hermeticidad, vi que era un organismo serio con todas las acreditaciones y entonces me propuse hacer esas pruebas con ellos. Tratamos de ser muy juiciosos en temas del reglamento técnico, hacer las cosas bien. Prestamos un servicio público y debemos honrar eso; estamos obligados a mantenerlo siempre activo y siempre abierto, por eso procuramos cumplir con lo que nos exija la ley”, recuerda la gerente de Nene’s Marina.

Más recientemente, en abril de este año, al vencimiento del certificado de conformidad de la estación, decidieron realizar este proceso con CCC. Y las razones fueron contundentes para Bárbara Palacio.

“Para este año se nos vencía el certificado de conformidad, pero cuando conozco a CCC nos ofrecieron un servicio muy bueno, y algunos valores agregados como la plataforma de Cammy Mi Estación. Con CCC resalto el tema de la atención personalizada, porque en San Andrés estamos acostumbrados a esa calidez de tener a la persona cerca, eso hizo mucho más fácil el proceso con CCC. En temas de seguridad y calidad de equipos, definitivamente pienso que hay que inyectarle a la estación; en estos temas no se puede escatimar, siempre hay que buscar la mejor opción”, asegura.

Hace poco se realizó una remodelación de las zonas de oficinas y de cuadre de los isleros y una pequeña tienda en la estación, así como la renovación de su imagen e iluminación en donde recibieron el apoyo de la mayorista Texaco. También se realizó una actualización en temas de tecnología y facturación electrónica. A mediano plazo, la estación tiene proyectado realizar el reemplazo de sus tanques, siempre pensando en mantener al día todos sus procesos operativos.

Y frente a la llamada ‘transición energética justa’ en la isla, es claro que por ahora los combustibles líquidos mandarán la parada por varios años más. “En San Andrés hay una empresa que maneja un tema de vehículos eléctricos, pero aquí es complicado implementar algo así porque la energía es muy costosa. La energía se maneja con plantas eléctricas alimentadas por diésel. Ni siquiera hay vehículos a gas en la isla. En ese sentido, San Andrés sí está pegado a los líquidos”, asegura Bárbara.

Hoy, Bárbara continúa el legado de su familia raizal en una de las estaciones de servicio más antiguas de San Andrés; de su abuelo que recién cumplió los 100 años y ha sido para ella un ejemplo de compromiso con el trabajo, y de Félix Carlos Palacio, su papá. Su legado y su patrimonio están a salvo.

“Tengo una satisfacción inmensa porque siento que hecho una buena labor para que crezca el patrimonio de mi familia y para que la gente de mi comunidad pueda acceder a mejores servicios. Siempre hemos estado ahí, dando la mano en lo que se pueda. Somos 100% raizales, desde mis ancestros todos nacimos en la isla. Mi amor por la isla es inmenso. Siento que tomé la decisión correcta al tomar las riendas de la estación y hemos podido darle un nuevo aire a la empresa. Estoy muy satisfecha con la labor que he podido realizar”, concluye Bárbara.

‘Este es un negocio bonito’

“Pienso que cada vez se demuestra que las mujeres podemos igual o más que el hombre. Llevamos un liderazgo supremamente activo, pero más cálido. No demerito de que a veces se requiere la mano dura de un hombre para que las cosas funcionen mejor, pero en este caso ese liderazgo lo ejerce mi papá, su presencia es fundamental en el negocio. Pero siento que he tenido toda la capacidad como mujer para manejar la empresa y el personal. Mi papá me entregó las riendas de su negocio y he dado todo de mí para sacarlo adelante…

“Hoy en día en Cartagena muchas mujeres lideran estaciones de servicio. Hay un parte de respeto, yo siento que mis empleados me respetan, ya me conocen, soy una persona de oportunidades, que siempre los escucha, tengo empatía con ellos y con el negocio para que todo marche bien. El talento humano en la empresa es clave para que el negocio prospere…

“Hoy somos capaces de hacer cualquier trabajo que puede hacer un hombre, no nos queda grande nada. A las mujeres que quieran entrar a este negocio creo que tienen todas las herramientas para hacerlo, este es un negocio bonito, que se deja manejar, que se deja aprender, que no es imposible y no es solo de hombres”, concluye Bárbara Palacio.

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